“Yo no quiero hacerlo, me da vergüenza”. "Me avergüenzo de ser el fracaso que soy". Estas frases, y otras por el estilo, seguro que nos resultan familiares, ya que hemos convivido con ellas desde la infancia. Frases sin importancia aparente, en las que no hemos reparado ni por un segundo, pero en el capítulo de hoy te venimos a mostrar que la #vergüenza mal gestionada es algo más que una simple frase.
La vergüenza es resultado de miedos y frustraciones, es resultado de una falta de confianza y cariño hacia nosotros mismos, y para más de uno, la vergüenza es algo que le empuja hacia un camino de soledad, tristeza y vacío.
Marian Ponte nos explica que la vergüenza es tremendamente peligrosa, ya que encierra negación o rechazo hacia uno mismo, miedo a que te descubran o averigüen lo que tú crees ser realmente, provoca impotencia, genera tristeza que se va quedando dentro con motivo de lo sucedido (o lo no sucedido), y al final, implica la sensación de que eres un error.
Es importante ser conscientes de que en el mundo emocional nos descomponemos a cachitos, y la vergüenza es resultado de esa lenta descomposición en la que por miedo, o por falta de recursos, no reparamos. Al pronunciar la frase “eso me da vergüenza”, nos reafirmamos en el hecho de que, por algún motivo concreto, o por una acumulación de vivencias, no nos consideramos lo suficientemente aptos o capaces para realizar esa acción que tanta vergüenza nos da. Nos escudamos, lo evitamos, y le quitamos importancia, pero bajo esas capas existe una gran dosis de inseguridad, miedo y luchas internas.
Marian Ponte nos habla de la vergüenza tóxica, la vergüenza que destruye y nos impide vivir plenamente, y de la importancia de tratarla. Dejarse ayudar, rodearse de personas y emociones que nos empoderen, permitirnos fallar, y sobre todo, estar dispuestos a indagar en la razón primera de nuestro dolor, de nuestra vergüenza. Todo ello es vital si queremos iniciarnos en el camino de la sanación. Un camino lento, que va de dentro hacia afuera, pero que merece la pena, pues la vergüenza no es más que un lastre del que debemos prescindir.
Si os interesa ahondar en este tema, tienes dudas al respecto o quieres recurrir a una consulta con Marian Ponte, te invitamos a que visites su web www.marianponte.com
